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BIOLOGÍA 

 

El cóndor andino (Vultur gryphus), es el ave voladora más grande del mundo, pertenece al orden Falconiformes y a la familia de los Catártidos.

Mide 1,20 m de altura y 3 m de envergadura alar, llegando a pesar 12 kg (Kasielke, et al 1990; Jácome, 1995).

Respecto a la coloración de estas aves, el cambio del plumaje se relaciona con la madurez y se inicia alrededor de los tres - cuatro años, cuando se evidencia la muda del plumón gris del collar por el blanco característico de los individuos adultos.

Los cambios se producen gradualmente y el plumaje marrón ocre de los juveniles se va tornando gris, para definir el color negro y blanco a los siete u ocho años.

Los machos poseen cresta (carúncula) y el iris de color café, en cambio las hembras no poseen cresta y el iris es de color rojo (en su madurez sexual).

Como todos los buitres, presentan ausencia de plumas en la cabeza y cuello, que entre otras funciones, ayuda a mantener la higiene del animal cuando comen la carroña.

Sus patas no son prensiles, son bastante robustas, con dedos fuertes, pero con uñas romas relativamente débiles (Parera, A; 1997).

Gracias a su fuerte y ágil pico, es capaz de abrir el cuero de grandes animales muertos, permitiendo que tanto él como las restantes especies de necrófagos menores accedan a al alimento (Cuesta, 2000).

La coloración del pico también es un índice de edad, del negro al blanco, va cambiando de forma gradual.

La función más importante que desempeñan en la naturaleza, entre otras, es limpiar el ambiente de los restos de animales muertos, los cuales podrían diseminar enfermedades peligrosas (Wallace, et al 1985).

El cóndor puede pasar varios días sin alimentarse, se tiene registros de al menos una semana, pudiendo almacenar en el buche hasta 4 kg de pulpa de carne. Al encontrar alimento no baja de inmediato. Es difícil para los cóndores reiniciar el vuelo cuando se encuentran en el suelo, particularmente después de una comida, posiblemente por este motivo sean muy cuidadosos antes de bajar y se aseguren de que no exista ningún peligro.

Los cóndores son aves gregarias y existe una rigurosa jerarquía donde dominan los machos adultos, luego las hembras de igual edad, después los subadultos y por último los juveniles. Aparentemente existe un aprendizaje social de esta dominancia a la hora de la alimentación.

  

El cóndor andino es un ave K-estratega. Es longeva, llegando a vivir más de 70 años, posee una baja mortalidad, lenta maduración sexual, crianza de pichones alternada en años y un extenso período de cuidado parental.

La madurez sexual ocurre a edad avanzada, entre 8 y 9 años (Temple, et al 1989; Jácome, 1994). Es un animal monógamo. El Cóndor utiliza plataformas o salientes en los acantilados para pasar la noche y cuevas o repisas protegidas para anidar. La pareja pone un único huevo, en la arena o gravilla del suelo, sin construir ninguna estructura, lo incuban, crían al pichón y tienen un largo cuidado. Estos extensos ciclos reproductivos indican que una pareja cría un único pichón cada 2 o 3 años.

En vista de esta baja tasa reproductiva, para que la población de cóndores se mantenga estable se necesitan igualmente bajas tasas de mortalidad. Dadas estas circunstancias, la mortalidad causada por el ser humano es de gran importancia y genera un gran impacto sobre las poblaciones naturales.

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